Teoría bifactorial de Mowrer
Mowrer,
el año 1960, propuso el primer gran modelo explicativo de la Ansiedad, el cual
contempla 2 fases a partir de las cuales se origina y se mantiene la ansiedad.
·
Condicionamiento clásico o pavloviano:
Explica que en esta primera fase tiene lugar un establecimiento de la respuesta
de miedo ante un estímulo que se considera peligroso, pongamos como estímulo el
perro, por ejemplo.
·
Condicionamiento operante o instrumental:
Segunda fase en la que tiene lugar el mantenimiento del miedo a partir del
mecanismo de evitación activa. Siguiendo el ejemplo anterior, el miedo al perro
se mantendría a partir de evitar el encuentro con éste, lo que consecuentemente
reforzaría la idea de que el perro es peligroso, evitando así la posibilidad de
tener un encuentro no-peligroso con él.
Teoría de la
preparación de Seligman
Seligman,
una década más tarde (1970) propuso, en su teoría, la capacidad innata de cada
persona para aprender reacciones fóbicas. Consideraba, además, que las fobias
contenían cuatro propiedades:
·
Selectividad: Significa que las fobias no
son arbitrarias, sino que están limitados a un rango de estímulos.
·
Fácil adquisición: Considera que con un
solo encuentro se puede generar la fobia, sin necesidad de que este encuentro o
estímulo sea traumático.
·
Resistencia a la extinción: Fobias
difíciles de extinguir y de eliminarse.
·
Irracionalidad: Existencia de
desproporción entre el peligro real del estímulo -recordemos el ejemplo del
perro- y la respuesta.
Teoría de la
incubación de Eysenck
Eysenck,
a lo largo de los años 80, planteó el tercer gran modelo de la Ansiedad. Según
este, la ansiedad se adquiere y se mantiene de acuerdo con los principios de
condicionamiento clásico tipo B, que contempla, entre otros aspectos, que
existe menor dependencia del estado motivacional de la persona para la
generación de la ansiedad.
Así
mismo, plantea lo que denomina punto crítico, es decir, la interacción
necesaria para que se incube o mantenga la ansiedad, esta es, la elevada
intensidad en la respuesta al estímulo -por ejemplo, salir corriendo de forma
acelerada y asustada al ver el perro- y la corta duración del estímulo
-ejemplificando, estar expuesto poco tiempo frente al perro.
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